En el corazón del campo, bajo el cálido sol, una mujer trabaja con esmero desmenuzando las semillas de cacao, una tradición que se ha transmitido de generación en generación. Con manos expertas, separa los granos de cacao secos, preparándolos para ser vendidos y transformados en productos que llevan consigo el sabor y la esencia de la tierra. Este proceso, lleno de paciencia y dedicación, refleja la conexión profunda con la naturaleza y el esfuerzo diario que impulsa el cultivo y comercio del cacao en las zonas rurales. Descubre cómo cada grano de cacao cuenta una historia de trabajo, familia y comunidad.


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